El coronavirus no viaja solo, sino que lo hace junto a partículas presentes en las mucosas del sistema respiratorio que se expulsan al hablar, al cantar, al estornudar y al toser. Estas partículas pueden ser gotas de mayor tamaño (mayores de 5 micras) o menores de 5 micras, que son lo que se denominan aerosoles. Las mascarillas impiden el paso de microorganismos mayores de 0,3 micras, por lo que esta capacidad de filtración es la que confiere protección.
Las mascarillas tiene dos objetivos:
- Proteger de emisiones de aerosoles a otras personas.
- Proteger al que la utiliza.
Mascarillas EPI: FFP2 y FFP3
Las mascarillas FFP1, FFP2 y FFP3 son consideradas Equipos de Protección Individual (EPI) y desde Sanidad se aconseja fundamentalmente su uso a profesionales sanitarios. Su objetivo es “filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en el organismo”.
Conde explica que hasta el momento “la Covid-19 no está considerada como una enfermedad de alta transmisión por aerosoles, se considera que es capaz de transmitirse por aerosoles pero no al nivel del sarampión o de la tuberculosis. En el ambiente sanitario se recomienda la FPP2 pero sobre todo por prevención”, puesto que aún es un virus del que aún hay mucho por descubrir.
La (Sempsph) Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene aconseja utilizar mascarillas FFP2 sólo en situaciones de alto riesgo, es decir, en espacios cerrados con poca ventilación en los que no es posible mantener la distancia social y se tiene que permanecer durante un tiempo prolongado. En esta misma línea Armenteros recomienda utilizarlas en lugares donde haya mala ventilación, una gran aglomeración de gente y la posibilidad de una diseminación muy alta de micro aerosoles, como el transporte público. “Cuanto más nivel de protección nos pongamos sobre nuestras vías respiratorias más seguros vamos a estar”, añade Armenteros.
Conde añade que “la mejor mascarilla es la distancia social, que funciona al 100%”. No obstante, si personas con enfermedad grave, inmunodeprimidos, en tratamiento con quimioterapia quieren limitar los riesgos de infección del coronavirus “podrían utilizarla. No hay ninguna contraindicación, aunque sí es verdad que no está claro que beneficio sea el suficiente como para realizar una recomendación oficial respecto al uso de una quirúrgica frente a una FFP2. El beneficio está en otras medidas en las que aún tenemos mucho margen de mejora”.
El nivel de filtración de la FFP2 es del 92% llegando a alcanzar el 98% y el de las FPP3 del 99%. Ninguna de ellas protege al 100% y no podemos olvidar el resto de medidas para evitar el contagio:
- La distancia social.
- La ventilación. “Es algo fundamental en los espacios cerrados, debemos ventilarlos lo más posible. A mayor nivel de ventilación menor posibilidad de contagio. Y a mayor concentración de anhídrido carbónico y de menor recirculación del aire, una mayor posibilidad de contagio”, añade el Dr. Armenteros.
- Lavado de manos.
FFP2 y mascarilla quirúrgica
Cada vez es más común que cuando una persona acude a un centro sanitario utilizando una mascarilla higiénica se le invite a utilizar una quirúrgica. Esta medida tiene un único fin preventivo: asegurar que las personas que entre en un espacio médico no contagien el virus, ya que no se puede garantizar a simple vista que las mascarillas que portan sean homologadas o se hayan cumplido las normas de conservación. “En ambientes sanitarios las únicas recomendadas para la protección desde dentro hacia fuera son las quirúrgicas”, añade Conde.
Lo más importante: cómo se usa la mascarilla FFP2
La mascarilla importa, por supuesto, pero usarla bien mucho más. Conde explica que si se quiere usar un FFP2 porque hay un riesgo especial, o en los países en los que se aconseja su uso, es imprescindible utilizarla bien. “La principal diferencia de la FFP2 con las quirúrgicas es que este EPI está diseñado para sellarse contra la piel”.
Por eso, para utilizar bien una FFP2 es importante:
- No tener vello facial, que impide ese correcto sellado de la mascarilla con la piel.
- Comprobar las fugas. Para ello hay que apretar bien la mascarilla y soplar para comprobar que el aire no sale por los laterales, donde está pegada la piel. El hecho de que se empañen las gafas en las personas que las usan se produce porque el aire sale por la parte superior y no está siendo filtrado.
- La mascarilla FFP2 tiene que ir pegada sobre la nariz, sobre la zona de los malares (los pómulos) y cubriendo la barbilla.
- Si la mascarilla es muy grande o muy pequeña es necesario buscar otro tamaño o marca que se adapte bien a la cara.
Conde recuerda que los sanitarios que utilizan este tipo de protección en situaciones de alto riesgo de transmisión del coronavirus no sólo utilizan mascarilla, sino también otras medidas, como las gafas de protección, entre otras. “La FFP2 o la FFP3 no blinda contra el coronavirus, hay otras vías de transmisión”, que obedecen al contacto indirecto, a través de los fomites, como al directo.
¿Cuántas horas duran las mascarillas?
La recomendación general del Ministerio de Sanidad para las mascarillas quirúrgicas y para las EPI es de no utilizarla más de cuatro horas. No obstante, hay algunas situaciones en las que puede alargarse o acortarse su uso. Por ejemplo:
- No utilizarla de forma eterna. El hecho de que el exterior esté bien conservado no implica que puede cumplir su misión.
- La FPP2: Nunca debe sobrepasar una jornada de 8 horas. Según Armenteros, si colocamos por encima una quirúrgica, donde se depositan los materiales que circulen por el aire, esto permite en cierto modo alargar la vida útil de la FPP2.
- Hay que atender al uso que se hace de las mascarillas y en qué entorno. “Si las usamos andando por la calle su vida útil será mayor que si hacemos un viaje en metro de dos horas”, dice Armenteros. Y lo mismo ocurre en los entornos sanitarios, donde hay que reponerla cada menos tiempo en función de la exposición. No es lo mismo hacer una consulta con un paciente que hacer una consulta telefónica.
- Tras un viaje en avión de 4 horas lo aconsejable sería que al acabar el viaje cambiáramos la mascarilla FPP2, pese a que los aviones tienen filtros protectores de aire muy potentes.
- Cuando se humedece por el vapor pierde su efecto protector, de igual manera que si se deteriora por otra causa o se rompe una goma.
- Las quirúrgicas deben utilizarse como mucho 4 horas. Lo máximo recomendable sería una jornada de 8 horas.
- Una persona que teletrabaja y que baja a la calle a darse un paseo o a hacer la compra podría utilizar la misma mascarilla varios días. “No se trata de que pasen 8 horas utilizándose a ratos, porque se puede crear un caldo de cultivo para que la mascarilla se convierta en sucia y pueda no ser saludable. Se puede alargar en el tiempo pero no debemos usarla más de 3 días una FPP2. Si fueran lo suficientemente baratas lo adecuado sería usar una al día”, explica Armenteros. Y lo mismo ocurre con la quirúrgica.